La espía de Franco

En 1945, en Madrid, Letizia Heredia-Espinoza Jefferson descubre
que Miguel Campos ha sido detenido. Se habían conocido en 1936 en la capital mártir, ella era espía de Franco pero vestía de miliciana y obraba como tal con el nombre de María; un amor profundo nació entre ellos pero ella le abandonó en 1937 por no traicionar a los suyos. Ella siguió viviendo como espía y funcionaria del nuevo régimen español y él continuó la lucha sin parar en España y en Francia: en 1944, este anarquista combate con las tropas del general Leclerc en Normandía y es uno de los libertadores de París con «la Nueve». Por su parte, Letizia es agente doble, trabaja con José Luis Arrese, secretario del Movimiento, a la vez que colabora con la embajada norteamericana: todos la consideran como una heroína, hasta Franco afirma que hay que respetarla y protegerla pues desde 1942 él se va acercando a los Aliados y la joven puede serle útil. Después del desfile de la Liberación, Miguel, «testarudo y valiente hasta la temeridad», emprende el difícil camino hacia Estrasburgo, constata el «delirio criminal nazi», es herido y, como le niega su jefe la vuelta al combate, desaparece. Regresa a Madrid bajo una personalidad falsa, como un hombre de mundo, con dos objetivos: volver a encontrar a María y derrocar a Franco. Los enamorados se encuentran en la Nochevieja del 1944, Leticia le cuenta su verdadera condición de quintacolumnista durante la guerra, pero le propone una huida a Hispanoamérica para allí rehacer juntos sus vidas. La inmediata detención de Miguel frustrará los proyectos de la pareja.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2018)