La rebelión del general Sanjurjo

El uno de enero de 1932 el general Sanjurjo, director general de la guardia civil, recibe la noticia de que en Castilblanco (Badajoz) han muerto tres guardias civiles como consecuencia de un enfrentamiento con un grupo de campesinos. A partir de estos hechos se incrementará el malestar de las fuerzas reaccionarias del país, alimentado también por su oposición a las reformas que intenta impulsar Manuel Azaña. La tensión crece a medida que avanza el año 1932 hasta desembocar en el fallido golpe del diez de agosto. A lo largo de siete meses los encuentros, reuniones y maquinaciones de militares y otros representantes de diversos estamentos de la sociedad civil de la época se entretejen con la actuación e intervención de personajes ficticios, algunos de ellos meros disfraces de personajes auténticos que participaron realmente en los hechos
narrados. Estos personajes de ficción se articulan en torno a dos jóvenes, Perico Robi, estudiante de Filosofía y Letras en Madrid, y su primo, Paco Tenoll, estudiante de Derecho en Sevilla, que conocían al general Sanjurjo a través de la relación de este con sus familias cuando estaba destinado en Larache. Estos dos personajes y el círculo social en el que se desenvuelven funcionan como factores necesarios en el desenlace de los hechos históricos en los que participan y ofrecen un panorama del ambiente social de los conspiradores durante los primeros meses de la República.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2018)