Cartas a las novias perdidas

Narrada en primera persona, la novela transcurre en tiempo actual. Describe la historia de una familia, en la que ocupa el eje fundamental la relación entre los dos hermanos: Pablo el narrador y Fran (Francisco). Pablo, que se gana la vida escribiendo guías de viaje, tiene que regresar de Indonesia por la llamada de Fran en la que le comunica la desaparición de su madre y el agravamiento del alzheimer del padre. Fran vive con su mujer Cristina y con sus padres en la casa familiar. A su regreso, Pablo tendrá que enfrentarse a una labor de búsqueda y reconocimiento de ciertas cuestiones oscuras que habían quedado ocultadas en el tiempo. Así, para él la escritura será una forma de contar a través de ella lo que no se atreve a hacer en la vida real. En este proceso va repasando las relaciones con su hermano, así como con esas novias perdidas, en forma de autorreflexión, pero no en forma de cartas como indica el título, la mayor parte de las cuales han sido «heredadas» de su hermano mayor Fran. Y va a encontrarse con algo inesperado: la grave enfermedad que padece su hermano Fran. Al mismo tiempo se describe parte de la vida de los padres, Francisco e Isabel, inicialmente extras de cine, actividad en la que se conocieron. Y se destapa el episodio del miedo que sufrió el padre en la infancia, durante el franquismo. Fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad, junto con dos compañeros más, los cuales murieron por el maltrato recibido, directamente de las manos del tío Tomás, hermano policía del padre. Los tres eran conocidos como Bizcocho, Trompo y Champú, motes que el padre no olvidará, a pesar de su alzheimer, hasta el momento de su muerte. Hechos revelados por el tío Tomás, que provocaron la ruptura de relaciones entre este y su hermano Francisco durante más de cincuenta
años.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2020)