Cuento del norte

Se cuentan en esta novela los momentos finales de los últimos maquis de Cantabria, supervivientes de la brigada Machado, desarticulada por la Guardia Civil a mediados de los años cuarenta. Diez años después, en 1957, solo están operativos en los montes de Santander Juanín y Bedoya, ambos de la región de Liébana, convertidos en leyenda popular, admirados y protegidos por muchos y temidos por la Guardia Civil. En la novela, la lucha contra esos maquis se entremezcla con la alta política del gobierno inglés, que todavía no tiene claro su apoyo al gobierno franquista, y con la actividad los servicios secretos del Estado español, que actúan muchas veces al margen de las operaciones de la Guardia Civil. De esta forma, tenemos al menos tres historias paralelas que, poco a poco, se van uniendo y desvelando: la principal, la vida de los dos maquis y sus relaciones con las gentes muy diversas que les brindan protección; en segundo lugar, las acciones de los agentes del gobierno inglés infiltrados en España; y, finalmente, las maniobras muchas veces turbias de los servicios secretos del gobierno español. Los preparativos finales para la captura de los maquis coinciden con un viaje de Franco a esa región para inaugurar la temporada de pesca y esa coincidencia dará lugar a un final del todo inesperado y no ajustado a los sucesos reales, pero de fuerte impacto en el lector.
La novela no acaba de funcionar porque el autor no acierta a combinar historias de tan diferente entidad. Lo más interesante de la novela reside en la descripción de la vida clandestina que llevan Juanín y Bedoya. Conocemos las razones de su incorporación al maquis y el ambiente en que vivieron en sus últimos años. Aunque la novela no aporte novedades a los hechos históricos, el entorno de Juanín y Bedoya está muy bien recogido, incluidos apoyos tan curiosos como el del sacerdote lebaniego don Valeriano. Solo queda algo difuminada la relación que mantienen entre sí los dos maquis; aquí el autor podría haber sido más sutil, con los datos históricos que hoy conocemos. En cambio, los otros dos subtemas parecen traídos muy por los pelos. Es cierto que el autor ha querido ofrecer una dimensión distinta al tradicional final de los dos maquis. Lo hace para añadir un elemento de política internacional a la vez que para atraer al lector con una intriga policíaca y sentimental. Pero esa fusión no acaba de funcionar porque muchos de sus componentes resultan inverosímiles y forzados en extremo.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2020)