Dues dones

Cuatro partes y un epílogo para una dolorosa historia de guerra y amistades que se desarrolla entre el año 1940 y 1945, en un pueblo, Palau de Tremp, y en la ciudad de Lérida con su prisión. Las dos familias protagonistas pertenecen al grupo denominado «rojos» y tienen en prisión un hijo maestro. En la primera parte conocemos la vida de las dos mujeres protagonistas: es el mes de julio de 1940, Genoveva emprende viaje hasta la capital para visitar a su hijo Jordi en la cárcel. Aquel día no se aceptarán visitas. Natalia, la otra protagonista, vive en Lérida; su hijo Emili, herido grave y en la cárcel, es ayudado por Jordi que pide a la madre de su amigo que escriba a su madre. Una breve segunda parte, entre noviembre del 40 y abril del 41, está dedicada a la correspondencia entre las dos mujeres. Explican sus vidas, lo que hacen, como están los hijos, los maridos. En la tercera parte las desgracias se suman a las penas, o las penas a las desgracias: Genoveva se pone a trabajar en casa del jefe de la guardia civil, el odio es evidente. El marido de Natalia muere, las cartas dejan de fluir. En la cuarta parte se reanuda la correspondencia y las buenas noticias empiezan a llegar: los no condenados a muerte irán saliendo de la cárcel. En marzo del 42 Jordi regresa a casa, las cartas expresan la alegría, la emoción de recuperar al hijo y la tristeza cuando decide marchar a Francia a buscar cartas continúan, la alegría y el dolor se mezclan a partes iguales. A partir de ese momento la vida de los diversos personajes sigue su curso lo largo de los años y, por fin, en el epílogo se produce el reencuentro feliz de las dos familias al completo.
Es una historia triste en la que entras rápidamente con unos personajes muy bien definidos. La trama es original, la descripción de los sentimientos y preocupaciones de las dos mujeres te capta desde el primer momento. Nos encontramos con dos mujeres que han podido aprender a leer y escribir: Natalia pudo ir a la escuela, era hija de un maestro libertario que le inculcó el placer de la lectura y le transmitió la necesidad de ser libre e independiente. Genoveva era hija de una viuda que regentaba una pensión, le gustaba ir a la escuela pero tuvo que ayudar a su madre. Su hijo Jordi será el que le enseñará a leer y a escribir. Dos mujeres en dos ambientes muy distintos que gracias a las cartas establecerán una comunicación que las ayudará a superar los muchos problemas a los que se tienen que enfrentar.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2020)