Resumen
La novela denuncia una práctica no infrecuente durante el franquismo y que se mantendrá incluso unos años después, la de los robos de niños en los centros, algunos de ellos públicos, regentados por instituciones religiosas de atención a madres solteras y de familias vulnerables. En este contexto cuenta lo acaecido en el valle de Vistahermosa en la que sor Lucía, responsable de las adopciones, jugaba a ser dios con los seres humanos y a determinar el destino de esos niños. Así, a través de una red montada al efecto, quedaba implicado todo el personal del centro, que se beneficiaba económicamente con ello. Se robaban los niños a las madres en el parto y se las engañaba diciéndoles que el bebé había fallecido repentinamente, al tiempo que era entregado a unos padres adoptivos por una importante cantidad de dinero. Encarnación, que ha sido robada al nacer, está convencida de que antes de que ella naciera, su madre sufrió el robo de otro bebé, su hermano mayor. A raíz de este hecho Margarita perderá la cabeza y tendrá que ingresar en un manicomio, tiempo que aprovechará Francisco, fotógrafo, para iniciar una investigación que conseguirá desentrañar y destapar este fraudulento e ilegal negocio. En esta búsqueda Francisco se apoya en Vicente, delincuente habitual de poca monta, y en el vagabundo Ignacio, que se convierte en elemento fundamental al contribuir,
de forma accidental, al desentrañamiento de la trama. Todo ello rodeado de una serie de peripecias casuales y un tanto insólitas con un cuadro de personajes situados en el desarraigo y la marginalidad social. La historia se envuelve en un cierto aire esotérico, en el que Encarnación se presenta en dos planos: como mera existencia espiritual y como cuerpo, planos que desarrollan una existencia independiente hasta que, finalmente, llegan a juntarse.
(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2019)