Memoria do silencio

La acción se sitúa en el verano de 1943. Las hermanas Touza (Lola, Xulia y Amparo) regentan un quiosco enfrente de la estación de Ribadavia (Orense), cerca de la frontera con Portugal. Forman parte de una organización internacional articulada por el cónsul de Portugal en Burdeos, Aristides de Sousa Mendes, con la finalidad de facilitar la huida de judíos de Centroeuropa a través de Francia, España y Portugal. Con ayuda de esa organización Frieda
Belinfante, música holandesa de origen sefardí, llega a Ribadavia tras atentar, como miembro del grupo de resistencia CKC, contra el registro civil de Ámsterdam; entre Frieda y Lola Touza surgirá una fuerte amistad. En Ribadavia se encuentran destinados los oficiales de la Gestapo Günter y Jörg encargados, con la ayuda de la guardia civil, de supervisar el suministro de volframio a la industria militar alemana. A pesar de la escasa colaboración del cabo López, más interesado en aprovecharse del estraperlo y del mercado negro de productos a través de la frontera, Günter comienza a sospechar de las actividades de las hermanas y, con la intención de hacer méritos ante sus superiores y demostrar el poder del Reich para deshacerse
de sus enemigos, inicia una investigación. Está a punto descubrir toda la trama, pero fracasa en el último minuto: debido a la traición de Jörg, que intuye la inminente victoria de los Aliados y está dispuesto a cambiar de bando, Frieda consigue atravesar la frontera y embarcarse hacia los Estados Unidos, donde proseguirá su carrera como directora de orquesta.
La novela combina episodios y personajes reales con otros ficcionales, con la intención de ilustrar un episodio de la resistencia antifascista en Galicia solo recientemente divulgado por deseo expreso de las protagonistas. En 2005 el librero y escritor Antón Patiño publica Memorias de ferro donde, a través del testimonio de las hermanas, se relatan sus esfuerzos y los de sus colaboradores para facilitar la huida de aproximadamente quinientas personas (la mayoría judías) de la Europa ocupada por los nazis. En el año 2015 Vicente Piñeiro documenta aún más este episodio en la obra `Lola Touza, la Schindler gallega. Las licencias narrativas se centran el personaje de Frieda Belinfante, cuya peripecia para huir de Holanda no la trajo a Galicia, sino que tuvo lugar por Francia y Suiza, fue repatriada a los Países Bajos al terminar la guerra y finalmente emigró a Estados Unidos. La autora
justifica la decisión de unir a estos dos personajes históricos por poseer trazos de carácter comunes y por la voluntad de reivindicar ambas figuras que, por ser mujeres, quedaron en los márgenes de la Historia.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2019)