El eco de la piel

Don Luis Arráez encarga a la joven Sandra Valdés escribir la biografía de su madre Ofelia, la gran empresaria
del calzado femenino. Sandra se desplaza a Monastril, el pueblo donde las dos nacieron y donde está la fábrica, para recopilar información. Ofelia tuvo una vida muy difícil y su gran personalidad le hizo superar con éxito las dificultades que fueron surgiendo. Sandra, después de entrevistar a gente que la había conocido, y encontrar cartas, anónimos, fotos… en las casas donde habitó, constata que fue una mujer tremendamente contradictoria y que a lo largo de su vida ocultó grandes secretos. En los últimos días de la Guerra Civil presenció cómo mataban a su padre, un destacado y cruel falangista, y mató a su asesino, por lo que fue considerada una heroína. La sociedad de posguerra no era permisiva y daba lugar a dobles vidas, sobre todo en lo referente a la identidad sexual y al papel desempeñado en la contienda. Y Ofelia tuvo muchas vidas. Por eso eligió como logo de su empresa una serpiente que se desprende de varias pieles y se renueva constantemente a lo largo de su vida. Lo que Sandra descubre no coincide con la idea que don Luis tiene de su madre y ella duda si incorporarlo a la biografía.
Esta novela realista tiene una arquitectura muy precisa, como corresponde a una profesora de escritura creativa. Consta de cuatro partes: las dos primeras están situadas en Monastril en la actualidad y alterna un narrador omnisciente con unos capítulos narrados en primera persona por Sandra. La tercera parte se desarrolla en la misma zona y un narrador cuenta la historia de Ofelia desde 1939 hasta 2003. La cuarta, solo 14 páginas, comienza con la presentación del libro publicado en 2018, y le sigue un epílogo en el que el lector descubre qué fue de Sandra muchos años después. A lo largo de la novela y de las entrevistas que se han publicado en la prensa, la autora insiste en lo difícil que es conocer la identidad real de una persona, pues cuando ha muerto solo quedan fragmentos de su vida, no es posible recuperar toda su historia, por eso los
llama "ecos" que llegan del pasado. Esto ocurre en la biografía que finalmente escribe Sandra, ciñéndose a la idea del hijo de Ofelia, sin incorporar las otras caras de Ofelia que ella descubrió, y dejando fuera también lo que ella no conoció, pero sí el lector, sobre su actuación en la Guerra Civil y otros secretos de familia.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2019)