Lo que pasó (Historia de una saca del 36)

La estructura de la novela es un tanto compleja: diversos personajes en diferentes tiempos van contando diversas partes de una misma historia que no queda completada hasta el final. Al comienzo leemos fragmentos de una especie de diario que Arturo va escribiendo en la semana última del año 1964, cuando tiene cincuenta y cuatro años. En capítulos alternos se nos trascriben unos papeles (diarios y cartas) de su amigo José Valverde (Pepe) que se remontan a los años treinta. Por ellos conocemos los hechos producidos en distintos puntos de La Rioja en los años republicanos y los primeros meses de la rebelión militar. En julio de 1936 Pepe está en Madrid y morirá en los combates alrededor de la Ciudad Universitaria, defendiendo la República; por su parte, Arturo se ve obligado una noche a participar en un fusilamiento de once personas republicanas de su pueblo, entre ellas algunos amigos suyos. Horrorizado por lo sucedido aquella noche, se alista voluntario en el ejército franquista. Años después, por azar, se reencuentra en Zaragoza con Tomás, uno de los fusilados, que solo había sido herido y había logrado desaparecer. En la segunda parte se nos cuenta cómo Tomás pudo escapar y la ayuda que recibió de algunas personas del pueblo, especialmente de don Genaro, un terrateniente que siempre se opuso a la represión indiscriminada de los vencedores.
La tercera parte se desarrolla ya en los primeros años de la transición y la principal voz narrativa es la de una nieta de Tomás, que va conociendo de boca de su abuela todos los hechos ocurridos en el pueblo entre los años treinta y cuarenta y que, con otras gentes luchará para localizar la fosa en la que yacen los fusilados y se proceda a su exhumación y al reconocimiento del crimen.
Lo que pasó es una novela ejemplar de la Memoria Histórica. Tres tiempos: los años republicanos con sus promesas y esperanzas de justicia social y de dignificación humana; el estallido de la guerra (que en La Rioja no fue guerra sino rebelión triunfante), con su secuela de asesinatos, venganzas y represión contra todo lo que había significado la República; el comienzo de la transición y los primeros intentos de reparar, al menos simbólicamente, la dignidad de los asesinados y perseguidos por el franquismo. En medio de estos hechos reales ocurridos en muchos lugares de España, algunas historias personales llenas de humanidad proporcionan una dosis novelesca suplementaria. En estos últimos años proliferan las novelas de este tipo, pero muchas de ellas están toscamente escritas, son esquemáticas y no superan los límites de una narración bienintencionada, casi siempre a cargo de personas sin formación literaria alguna. No ocurre eso con la novela que aquí nos ocupa: sin llegar a ser una obra extraordinaria, es un testimonio digno, bien construido, con personajes de vida propia y un mensaje común: la Memoria Histórica no persigue ningún tipo de venganza: reclama el esclarecimiento de la verdad y la reparación y el reconocimiento de las víctimas, nada más, pero tampoco nada menos.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2019)