Pretérito Pluscuamperfecto. El manzanares

En mayo de 1939, un experto policía interroga a una prisionera, antigua militante comunista, Isabel Cazorla, sobre sus actividades durante la II República y la Guerra Civil en Madrid. No solo se interesa por ella, sino por sus amigos y conocidos, especialmente por su novio, el maestro Pedro Hernández. Tras la transcripción de cada una de las sesiones, un narrador omnisciente va narrando los hechos en los que se vieron envueltos los personajes por los que se iba interesando el policía. De esa manera, asistimos a diversos cuadros o sucesos relevantes de aquellos años, casi todos en Madrid: las conspiraciones de grupos anarquistas y comunistas por hacerse con el control de la dirección de la defensa de Madrid, el comienzo de la contienda en Madrid con el asalto al cuartel de la Montaña, el abandono de la ciudad por parte del Gobierno de la República a comienzos de noviembre de 1936, los ajusticiamientos de Paracuellos del Jarama y la llegada de las Brigadas Internacionales. Solo en una ocasión la acción se desarrolla fuera de Madrid: es cuando en un aeródromo de Salamanca los generales golpistas nombran al general Franco jefe de las fuerzas rebeldes.
Paralelamente a estos cuadros aislados, se narra a lo largo de la novela una acción continuada, que es la participación de Pedro Hernández en la defensa de Madrid en los primeros días de noviembre de 1936, acción que va desde las luchas en las trincheras y el descubrimiento de los planes de asalto a la ciudad por los rebeldes hasta la reconstrucción novelada de la muerte de Durruti. La acción de la novela queda inconclusa porque el volumen parece ser la primera parte de una trilogía titulada Malos tiempos, tiempos difíciles. Por los anexos finales de la novela puede deducirse también que el relato se basa en sucesos reales vividos por los protagonistas, posiblemente familiares del autor. En principio, el planteamiento de la novela es interesante por la mezcla de tres planos narrativos diferentes: los interrogatorios policiales al final de la contienda, los cuadros sueltos de episodios esenciales del conflicto y la descripción de la defensa de Madrid durante la primera semana de noviembre de 1936. Hay, además, una especie de voluntad por parte del autor de no ocultar los excesos cometidos en Madrid por los milicianos a lo largo de la segunda mitad de ese año 1936. Pero todos esos ingredientes no funcionan novelescamente por el empeño del narrador de explicar al lector todos los entresijos y contradicciones de los defensores de la República en esos meses a través de interminables diálogos de los personajes.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2017)