Perros que duermen

La acción de la novela se sitúa en tres momentos. En Madrid 2011: el viejo comisario falangista, Dimas Prado, lega a Juan Delforo, periodista y escritor, unos documentos, entre ellos el diario de su padre, republicano, profesor de instituto durante la República que luchó con los leales y llegó a teniente coronel. Acabó en la cárcel de Puerto de Santa María, donde inició el diario, y posteriormente fue internado en el campo de trabajo de Mohades de la Jara. En Burgos, 1936: Dimas es encargado de la investigación del brutal asesinato de una prostituta a manos de un capitoste franquista con el fin de borrar todos los rastros. En Málaga 1945: Juan Delforo padre es condenado a muerte. Dimas intercede por él a cambio de información importante para su carrera. Delforo es indultado en 1949, pero vuelve a la cárcel en los sesenta por formar parte de la lucha antifranquista. El punto de unión es el hijo del preso, que decide novelar los hechos recomponiendo y dando vida al puzle de información que se encuentra en los documentos: los recuerdos de la vida de su padre en el frente, las duras condiciones de vida en la prisión, la actuación de la policía franquista… Así cumple los deseos de su padre y la condición exigida por Dimas en su legado.
El autor ha conseguido una hábil combinación de novela testimonio, de intriga y novela negra. Está dividida en capítulos bastante breves que alternan diversos escenarios de Burgos y otros lugares, durante
la Guerra Civil y la interminable posguerra. El resultado es una novela ágil y compleja por la abundancia de personajes de varias ideologías, ricos en matices, que se mueven en distintas épocas, y se lee bien gracias a un estilo fluido y diálogos cortos, útiles y eficaces. El comisario Dimas Prado y Juan Delforo son en realidad los protagonistas; el vendaval de 1936 y sus horrendas consecuencias aparecen a través de sus actuaciones, por medio de un narrador omnisciente en el caso de Dimas y del relato en primera persona del diario de Juan, que recoge sus vivencias en el momento de su escritura y los recuerdos de la guerra. Las características de novela negra aparecen en un Burgos donde era notable la influencia alemana, especialmente en los episodios y asuntos turbios (burdeles, asesinatos…) en los que se ven envueltos miembros de la policía franquista. El autor refleja muy bien este ambiente, incluso en el lenguaje que caracteriza a las distintas clases sociales, hasta el extremo de incluir su jerga. El título alude a la presencia de muchos perros durante el sitio de Madrid, también al comportamiento de Dimas y, sobre todo, tiene un significado metafórico del desarrollo de la trama. El autor confiesa que la novela está escrita en honor de sus padres.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2017)