Una bala para el recuerdo

Relato que refleja las penalidades en la retaguardia de las familias de los combatientes. En este caso, la angustia de una esposa que lleva dos años sin noticias de su marido, minero y sindicalista, la empuja a tomar una decisión descabellada: enviar a su hijo de trece años a llevar comida y noticias de la familia a su padre, encerrado en un campo de concentración. Miguel tendrá que recorrer andando, por un terreno que desconoce, los 200 kilómetros que separan Barruelo de Santullán (Palencia) de Pola de Siero (Asturias). Con su fiel perra Greta, atraviesa montes, ríos y se enfrenta a todo tipo de dificultades y peligros, hasta que consigue su objetivo. Allí conoce las duras condiciones de vida de los recluidos, pero también su solidaridad y su lucha por mantener la esperanza. El traslado de los presos a Gijón lo obliga a seguirlos y presenciar horrorizado el ametrallamiento en el acantilado. Consigue rescatar a su padre, y la ayuda de los resistentes le salva la vida y posibilita que pueda incorporarse de nuevo a la lucha. Novela de aventuras, de iniciación y de crecimiento, pues Miguel madura en este periplo, descubre el miedo, la fidelidad, la traición, el amor, la muerte, la realidad de la guerra… y se convierte en un hombre.
La autora se inspiró en una historia real recogida por Eduardo Pons Prades en su libro Los niños republicanos. Una historia de heroísmo anónimo, en este caso impulsada por los lazos de sangre. De la esclava y aburrida vida del niño-pastor, Miguel pasará a la accidentada y llena de peligros del resistente clandestino: conseguirá algo de comida, escribirá cartas de los presos para sus familias y tendrá que, sin dinero, agenciárselas para que lleguen a su destino, alegrará los momentos más duros tocando el acordeón y llorará la muerte de Greta, que se inmola enfrentándose a la Guardia Civil para salvar la vida de sus padres. La autora no es oriunda de la zona, pero se ha documentado exhaustivamente e incorpora un plano de los 200 km aproximados que recorre Miguel con los nombres de las zonas que atraviesa. La narración es muy ágil y llena de acción y suspense, que provocan emociones encontradas. Está narrada en primera persona, al cabo de los años, por el protagonista y dividida en tres capítulos: el viaje hasta el campo de concentración; el propio campo y la accidentada vuelta a casa. Es una novela histórica con protagonista juvenil, ubicada en una zona concreta —la cuenca minera asturiano- palentina— y en un momento determinado de la Guerra Civil: junio-noviembre de 1938.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2017)