Avis à mon executeur

En 1941 en un hotel de Washington aparece muerto Víctor Krebrinsky. La policía concluye que se ha tratado de un suicidio. A partir de este hecho, la novela persigue la identidad de ese personaje y el porqué de su final: Se desvela que ha sido un importante agente secreto soviético, cuyas primeras actuaciones significativas fueron en Barcelona, en la primavera de 1937, en el marco de los enfrentamientos de los comunistas con el POUM.
Terminada la Guerra de España, debe cumplir nuevas misiones secretas en Francia. En un momento dado entra en crisis su fe en el estalinismo: "Hasta ahora la sangre que ensuciaba mis manos era la sangre de los fascistas o ayudantes sospechosos del fascismo. Pero ya no podía seguir vertiendo las de mis camaradas", se confiesa. En ese momento comienza una turbia historia de delaciones, chantajes y traiciones que terminarán en ese asesinato disfrazado de suicidio.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2016)