Palmagallarda I: Rosas, calas y magnolias

Desde abril de 1931, la aristocrática familia sevillana de los Monsalves de Tous había boicoteado la Feria de Abril y otras manifestaciones populares y se había refugiado lejos de la capital, en su finca campestre del pueblo de Recuerda, donde reinaba la marquesa Rosalía, acompañada de una pléyade de familiares, amigos y criados, que llevaban una existencia idílica, ocupados los señores en comer, cazar, tocar el piano, asistir a fiestas y discutir elegantemente de vinos, libros extranjeros y seguir con cierta preocupación la difícil adolescencia del mayor de los nietos, Jerónimo. Poco a poco, los acontecimientos externos van afectando la rutina familiar: el triunfo del Frente Popular modifica esa existencia idílica: crece el descontento de los campesinos y se producen quemas en las propiedades de la familia por lo que, ya en los comienzos del verano del 36, se apresuran a sacar joyas y dineros al extranjero (en parte para protegerlos y en parte para contribuir a los preparativos de la
conspiración antirrepublicana) y planean pasar los tres meses del verano en el extranjero, lejos de la tormenta que se avecinaba. De una manera abrupta, una mañana todo ese mundo comienza a desmoronarse, cuando los campesinos y la gente del pueblo toman el poder, para enfrentarse a la rebelión militar contra la República.