Violín negro en orquesta roja

En agosto de 1936 desaparece en Moscú sin dejar rastro un comisario, sobrino de Molotov, que iba a ser enviado a la guerra de España. Molotov pone en marcha la maquinaria para encontrarlo, pero en lugar de hacerlo por la vía oficial utiliza a un antiguo comisario zarista al que libera de la prisión donde cumplía condena. A partir de este hecho, el relato pone en evidencia el mundo de desconfianza, terror, corrupción y maldad, sin mezcla de bien alguno en que se desenvuelve la política soviética con Stalin a la cabeza. La atmósfera de represión que invade el territorio de Rusia entera es el elemento principal de la trama, pero los escenarios se diversifican y entran en liza la Alemania de Hitler y, en menor medida, Francia, los exgenerales
zaristas exiliados en este país y España. Alemania con su red de espionaje maniobra para intentar desestabilizar a Stalin y este resuelve la crisis con la "Gran purga" de junio de 1937 en la que son ejecutados importantes miembros de la política y el ejército soviéticos. Todo ello en una Europa convulsa, en la que Alemania y Rusia parecen jugar una partida de ajedrez por el poder. La recién comenzada guerra de España aparece en esa confrontación
en la que ambas potencias expresan sus coincidentes intereses -que la guerra sea larga-. La trama inicial que se presenta con aire de cierto suspense —el comisario soviético desaparecido— se olvida enseguida en beneficio del tablero de espionaje europeo. El citado comisario y su ayudante son los únicos personajes de ficción, el resto son identificables históricamente, así como organismos e instituciones.
La narración es lineal y cronológica, abarca de agosto de 1936 a junio de 1937, escrita en tercera persona y estructurada en tres partes con capítulos cortos. Maneja información sobre los actores políticos de Rusia y de Alemania, así como de otros europeos del momento. Y podemos citar entre los rusos, además de Stalin y Molotov a Tujachwski, Voroshilov, Orlov, Gorev y Berzin —estos últimos interviniendo ya en la guerra de España—; y entre los alemanes Hitler, Canaris, Heydrich. Queda patente la confrontación de ambas potencias por el dominio europeo, incluida la Guerra de España. Los organismos de espionaje se emplean a fondo y espían a propios y extraños. Se quiere dejar claro que en Rusia nada se hace sin que se
entere Stalin y por todas partes proliferan "enemigos del pueblo".
En la Alemania hitleriana el protagonismo en el relato se le da a Heydrich, jefe de la Gestapo que maniobra con habilidad para intentar debilitar a Stalin. Los dos personajes de ficción interactúan hasta el final de la novela con los personajes históricos en una trama bien definida, en la que subyace la idea de que los métodos de la policía de Stalin no difieren de los que utilizó la policía zarista.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2015)