Las horas del silencio

Damián Belmonte, hijo de una familia muy humilde, opta por liberarse de la pobreza ingresando en el seminario. A pesar de no tener vocación, va posponiendo la decisión de abandonar los estudios eclesiásticos y acaba por ordenarse como sacerdote lo que, a lo largo de toda su vida, le provocará diversas situaciones de crisis personal. En 1936 se encuentra en Madrid. Para evitarse los problemas derivados de su condición eclesiástica y gracias a un amigo de la infancia, es acogido por un anarquista que vive con su hija Ana. Se hace pasar por maestro, ocultando su verdadera identidad.
En esa situación, Ana y Damián se enamoran, pero un día Damián desaparece misteriosamente.
Muchos años después, en 1966, Ana, que se ha convertido en la condesa de Ganianza, se presenta en el despacho de Damián, que en ese tiempo es el obispo de una ciudad del Sur de España. Viene para devolverle un reloj que en el momento de su huida había dejado en la mesilla de su dormitorio y, al mismo tiempo, a pedirle un favor: que compense el engaño y los perjuicios que causó tanto a su padre como a ella. Este reencuentro será el punto de arranque de la novela, que irá desvelando progresivamente un secreto familiar
Mediante una acertada ambientación, el autor nos introduce en los hechos acaecidos durante un amplio periodo, de 1917 a 1966, si bien con algunos saltos en el tiempo. Escrita en forma conjunta por dos autores, retrata la realidad social y el enfrentamiento que se produjo en España entre dos
concepciones políticas y sociales antagónicas, poniendo de manifiesto la barbarie, el odio y temor generados. A lo largo de la narración se percibe claramente la prepotencia y falta de humanidad de los vencedores. Es destacable la cuidada y acertada descripción psicológica de los personajes.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2015)