Covalverde

El autor ofrece cuarenta estampas de lo sucedido en Covalverde (Cuevas del Valle) a partir del verano de 1936. Las milicias populares del valle del Tiétar: campesinos, arrieros, cabreros, convertidos todos en soldados, tienen a su cargo la defensa del Puerto del Pico, hacia donde se dirigen los sublevados que, desde el norte de la sierra de Gredos, intentan reunirse con los que suben desde Extremadura. La defensa resulta ineficaz y las tropas toman el pueblo. La represión indiscriminada no se hace esperar: los que han ocupado cargos en el ayuntamiento, los que votaron al Frente Popular, familiares, amigos, mujeres… en un pueblo de 1.000 habitantes todos se conocen. Entre los represores, que intervienen en varias historias, destacan por su crueldad y sadismo Elpidio la Sombra, Cuasimodo y el falangista de Béjar. Escenas de huidas, ocultaciones, interrogatorios, detenciones; camiones cargados de hombres y mujeres que fusilan en la tapia del cementerio, en barrancos y cunetas; cuerpos tirados al río, procesiones de mujeres rapadas, etc. Y todo lo que una imaginación sádica puede improvisar. No hay juicios, hay venganza, eliminación del enemigo, limpieza rápida de la zona.
Santos Jiménez convierte su pueblo, Cuevas del Valle (Ávila), en un territorio mítico: Covalverde. En el 2000 comenzó un trabajo oral con gente mayor del pueblo para que le contaran sus recuerdos de aquellos primeros meses de la guerra, que completó y contrastó con una labor investigadora en el Archivo Histórico del Ejército del Palacio de Polentinos (Ávila). Durante 40 días, desde finales de julio hasta el 5 de septiembre, la zona fue republicana,
lo que explica que cuando los nacionales volvieron a tomar el control de la comarca la represión fuese más dura: murió un 10% de la población. El autor pretende dar a conocer una realidad que era muy desconocida, pero se mantenía viva en la memoria de algunos ancianos. Transforma la información recogida en cuarenta breves historias, narradas casi siempre en primera persona por protagonistas muy variados: niños, ancianos, mujeres, jóvenes, Leandro, Aurora…, con la fuerza testimonial y, al mismo tiempo, la ingenuidad y la candidez de la primera persona. Un mosaico estremecedor. Santos Jiménez, autor de ocho libros de poesía, narra con un lenguaje poético y un vocabulario muy rico el horror de la guerra.
Incluye un glosario con términos que se emplean en el habla popular de Cuevas del Valle.

(Resumen extraído de AMESDE. Repertorio bibliográfico 2015)